Guiados por la misión y los valores de Marquette, los profesores de la Facultad de Artes y Ciencias Klingler exploran y promueven el conocimiento del significado y del valor humano, las estructuras y dinámicas de las sociedades humanas y la composición y la función del mundo natural.
Una profesora asociada de psicología busca Ser La Diferencia a través de su investigación sobre las emociones humanas, descubriendo las formas en que las emociones pueden perpetuar el racismo sistémico y cómo al mostrar empatía se puede ayudar a parar los prejuicios implícitos.
En esta sesión de preguntas y respuestas, la Dra. Nakia Gordon, profesora asociada de psicología, nos habla sobre los aspectos que influyeron al principio de su carrera profesional, de su investigación, así como de otros puntos.
¿Qué te llevó a elegir una carrera en psicología?
Al igual que la mayoría de los estudiantes de psicología en Marquette con quienes he conversado, decidí especializarme en psicología porque fue un curso interesante que tomé en la escuela secundaria.
Me dediqué seriamente a la neurociencia después de tomar un curso de biopsicología al final de mi segundo año en la universidad. Me quedé impresionada por el funcionamiento y los misterios del cerebro. Mi único objetivo en ese momento era entender cómo funcionaba el cerebro.
En el primer podcast de “Nuestras Raíces Dicen que Somos Hermanas,” mencionas que una de las clases que tomaste como estudiante universitaria reforzó las narrativas de que las personas negras y otros grupos minoritarios estaban “en lo más bajo” de la sociedad. En tu opinión, ¿de qué forma la literatura académica anterior que intenta definir las diferencias biológicas y psicológicas entre los individuos blancos y negros ha reforzado el racismo sistémico?
Como mencioné en el podcast, como estudiante universitaria de primera generación cursando el primer año, no tenía un contexto para comprender la forma en que se genera la literatura académica. Me parecía que era un hecho que las múltiples identidades con las que me identificaba estaban en los peldaños más bajos de la sociedad. Esto no cuadraba con mi experiencia vivida. No entendía que las métricas que se usaban se centraban en la raza blanca y nunca captarían la rica complejidad de la experiencia de los negros. Ahora entiendo que la literatura académica se basa en la literatura previa. Cuando los investigadores parten de conclusiones incorrectas, sin sentido crítico y a menudo sesgadas que han escrito otros investigadores se perpetua una narrativa racista.
Además, estas métricas facilitan que, tanto personas blancas como otros, acepten consciente o inconscientemente como un hecho que las personas negras son inferiores. Sin cuestionarse, les resulta fácil a las personas también culpar o juzgar a otros que están “por debajo” de ellos.
En tu investigación, ¿de qué forma has trabajado para evitar seguir alimentando esta narrativa?
A menudo comparto con los estudiantes que las respuestas que obtenemos se basan en el tipo de preguntas que hacemos. Si nuestras preguntas son siempre acerca de cómo las personas negras son diferentes de las blancas usando métricas en las que los blancos ya les llevan ventaja, terminaremos con una respuesta que concluye que las personas negras son deficientes de alguna manera.
Afortunadamente, el creciente número de académicos que se identifican con diversos orígenes raciales y étnicos se han estado preguntando por qué existen esas diferencias desde una perspectiva a nivel de los sistemas. Necesitamos hacer mejores preguntas. ¿Por qué mejor no preguntamos qué hace prosperar a los negros?, porque ciertamente lo hacemos. Hay muchos tipos de preguntas que podemos hacer que socavarían el racismo, pero eso requiere tiempo.
En mi investigación, deliberadamente no analizo ni presento mis datos de manera que respalde dichas narrativas; primero, porque esas no son las preguntas que estoy haciendo, y segundo, porque nunca querría que mi investigación se usara para fundar un argumento sesgado.
¿De qué forma ha ayudado tu trabajo estudiando las emociones a explorar cómo las personas que son diferentes pueden colaborar y establecer relaciones en vez de explorar sus diferencias?
Hoy surgió en mi clase una pregunta sobre las emociones y cómo éstas pueden unir o dividir a las personas. Preguntaba si las emociones eran funcionales desde una perspectiva evolutiva; es decir, ¿las emociones ayudan a las personas a sobrevivir y a prosperar? Un estudiante respondió que las emociones son funcionales si están dirigidas a las personas en tu “tribu”.
Reconocí que en los últimos años han habido ideas académicas de que estamos biológicamente predispuestos a preocuparnos sólo por “nuestra” tribu, pero compartí que esas ideas también podrían basarse en cómo socializamos.
Hay investigaciones que refutan dichas ideas y más bien apoyan la noción de que si elegimos tener un pequeño grupo social cerrado, entonces sí, desconfiamos de los demás. Sin embargo, si elegimos exponernos a una gama más amplia de personas, entonces perdemos tal miedo.
Las emociones mejoran nuestra conexión social; de hecho, algunas teorías de las emociones sugieren que ésta es la razón principal por la que existen. Éstas nos indican que está sucediendo algo importante a lo que debemos prestar atención. Cuando experimentamos una emoción fuerte, se ve reflejada en nuestro rostro, cuerpo, así como en las acciones que realizamos. Cuando estamos tristes, la forma que mostramos nuestras emociones puede provocar que otros nos reconforten porque se preocupan por nosotros. Cuando mostramos gratitud, fortalecemos el vínculo que tenemos con la persona que hizo algo amable por nosotros. De igual forma, cuando somos testigos de una injusticia, a menudo sentimos ira y participamos en conductas prosociales para corregir el mal que presenciamos. En mi laboratorio, estamos recopilando datos que muestran que las personas no sólo pueden inferir lo que sentimos a partir de cómo nos expresamos, sino que su fisiología (por ejemplo, la frecuencia cardíaca) se igualará automáticamente a la nuestra, brindándoles una experiencia directa.
¿Qué nos dice esto acerca de cómo las emociones pueden unir a las personas?
Hay otro conjunto de mis obras que demuestra que entre más apreciemos a los individuos por sus talentos y dones únicos, menos notaremos las diferencias entre nosotros. El trabajo que hice con el Departamento de Policía de Chicago (CPD) usando realidad virtual refuerza dicha idea. (Para más información sobre el trabajo de Gordon con el CPD visita WUWM-FM “Lake Effect”).
Por último, otra parte de mi trabajo muestra que el nivel de preocupación de las personas por las víctimas del racismo tiene más que ver con la forma en que procesan sus propias emociones que con los recuadros para marcar una o dos clasificaciones de identidad.
Algunos de tus trabajos se enfocan en cómo la empatía puede disminuir el prejuicio implícito. ¿En qué formas ves que Marquette está trabajando para aumentar la empatía?
Me viene a la mente un ejemplo de cómo Marquette puede trabajar para aumentar la empatía. En la Celebración de la Investigación en las Artes y en las Ciencias en noviembre de 2021, la Dra. Jeanne Hossenlopp, vicepresidenta de investigación e innovación, expresó unos comentarios al profesorado. Habló de lo difícil que fue continuar investigando durante el COVID y lo complicado que fue, en muchos sentidos, ese periodo.
Me sentí reconocida como integrante del profesorado y apreciada por perseverar durante un momento difícil más allá de las realidades de COVID. Cuando los colegas reconocen y tratan de resolver algunos de los retos que los diferentes grupos dentro de la universidad están enfrentando es un comienzo.
¿Qué esperas para el futuro de Marquette respecto a abrazar y aumentar la diversidad?
Mi mayor anhelo es que seamos intencionales en cuanto a quién queremos ser y luego creemos la infraestructura para apoyar dicha identidad.