Ahora trabajando para los Milwaukee Bucks, Francisco Manzano-Aréchiga, quién se graduó de Marquette en el 2019, reflexiona sobre su trayectoria hasta el momento
Por Saúl López, Licenciatura en Artes ’19, Maestría en Artes ’20, asistente de posgrado en la Facultad de Educación
Las finales de la NBA 2021 hicieron que la atención de todo el mundo se volcara sobre Milwaukee.
Cuando faltaban 30 segundos para que se terminara el partido 6, Francisco Manzano-Aréchiga, exalumno de Marquette quien ahora trabaja como coordinador de mercadotecnia para el equipo, recuerda estar pensando: “Espera, esto está ocurriendo de verdad. No es un sueño.”
Y antes de darse cuenta, los Bucks trajeron a la ciudad su primer Campeonato de la NBA en los últimos 50 años.
Como estudiante de primera generación graduado de la universidad, esa noche de julio representó la culminación de todo su arduo trabajo, dedicación y resiliencia. Además, al igual que en las últimas temporadas de los Bucks, Francisco experimentó cambios monumentales antes de lograr su sueño de trabajar para un equipo deportivo profesional.
Francisco nació en Tijuana, México. Vino a Milwaukee con su familia cuando apenas era un bebé. Aunque visita México de vez en cuando, para Francisco Milwaukee es su casa, dice orgullosamente. Admite abiertamente haber enfrentado cierta discriminación, incluso cuando su crianza fue en el sur de Milwaukee.
“El inglés es mi segundo idioma,” dijo Francisco. “En la primaria solían burlarse de mi acento.”
A pesar de ello, Francisco perseveró y se graduó de Vieau School, y sigue sintiéndose orgulloso de ser un exalumno de las Escuelas Públicas de Milwaukee. Posteriormente, estudió la secundaria en Marquette University High School.
Para Francisco, la secundaria fue una etapa crucial en su formación académica.
“Marquette High me ayudó a convertirme en un caballero y luego ir a la universidad me transformó en un adulto,” comentó Francisco. “Si pudiera regresar el tiempo, no cambiaría nada. Así debía ser.”
Gracias a su arduo trabajo y dedicación, Francisco llegó a la Universidad Marquette donde formó parte del Programa de Oportunidades Educativas, conocido comúnmente como el “EOP”. Ahí encontró una comunidad de personas con quienes podría ser él mismo y se convertirían en su “familia en Marquette.”
En el edificio Coughlin, donde se encuentra el EOP, Francisco encontró una gran variedad de recursos como tutorías, impresiones gratuitas y un microondas para calentar los almuerzos que traía de casa.
“Solía sentirme avergonzado de ir a otro lado y calentar mi comida,” expresó. “Pero en el EOP fue diferente. La gente te comprende, son de tu mismo color y puedes contar con ellos.”
Fueron las pequeñas cosas las que hicieron que Francisco se sintiera acogido en Marquette. Sin embargo, a pesar de que encontró una comunidad de amigos, navegar la universidad como estudiante de primera generación tuvo sus desafíos.
“Sentía que quizás estaba fuera de lugar,” dijo Francisco, y agregó, sin embargo, gracias a los consejeros, los amigos y a las otras personas que conoció en el camino pudo desarrollar todo aquello que le apasionaba.
En su tercer año, Francisco notó un cambio en cómo se veía a sí mismo.
“Me dije, espera, yo pertenezco aquí. Estoy aquí por alguna razón,” afirmó Francisco.
Fue durante este periodo que comenzó a concentrarse en lo que quería hacer con sus talentos. Descubrió que su interés por la escritura, el diseño gráfico y la fotografía confluían en la comunicación.
En “una noche cualquiera,” comentó, mientras buscaba pasantías, Francisco encontró un puesto como pasante en el área de comunicación digital con los Milwaukee Bucks. Aplicó y el resto es historia.
Francisco pasó dos años como pasante con el equipo, con quienes vio la transición del Bradley Center al Fiserv Fórum y pudo participar en el emocionante despliegue mediático en redes sociales.
Francisco pasó dos años como pasante con el equipo, con quienes vio la transición del Bradley Center al Fiserv Fórum y pudo participar en el emocionante despliegue mediático en redes sociales.
Después de su pasantía, Francisco aceptó un puesto de tiempo completo con los Bucks como coordinador de mercadotecnia. En esta posición, Francisco “está por todas partes” y asume proyectos más grandes como renovar el Club Infantil de la mascota Bango y coordinar las señales de tráfico alrededor del estadio.
Con su nuevo puesto y responsabilidades, Francisco también ha visto un mayor número de estudiantes que se acercan a él para pedirle consejos.
“Muchas personas me han enviado mensajes por LinkedIn,” expresó. “Muchos estudiantes universitarios me preguntan: ‘¿Qué recomendación me puedes dar para poder entrar al mundo de los deportes?’”
Esta creciente admiración de estudiantes y futuros colegas, dijo, le ha concientizado sobre la importancia de comportarse con integridad. Ahora se ve a sí mismo como un modelo a seguir, en especial para otros jóvenes latinos que intentan entrar al mundo de la comunicación.
En cuanto a su futuro, Francisco espera regresar a la escuela, obtener su MBA y seguir siendo un ejemplo en su comunidad. Afirmó que verse a sí mismo con el Trofeo Larry O’Brien le hizo darse cuenta que los sueños pueden hacerse realidad.
“Puedes levantar tu propio trofeo Larry O’Brien. Puedes convertir cualquier cosa en tu trofeo Larry O’Brien,” expresó.
Para Francisco, su trofeo Larry O’Brien fue obtener la pasantía de sus sueños, unirse a la organización de los Milwaukee Bucks en un puesto de tiempo completo y amar lo que hace día a día.
La historia de Francisco refleja la resiliencia que hace a Milwaukee la ciudad increíble que es y que ha abierto el camino para muchos estudiantes latinos que sueñan con tener su propio trofeo Larry O’Brien algún día.
Esta historia es parte de la serie “Todos Somos Marquette”, la cual celebra la diversidad y la inclusión. Muchos de estos artículos están disponibles en español también.